martes, agosto 29, 2006

John era un chico normal. Un buen chico. No se drogaba, tenía buenos amigos y, en fin, hacía las cosas propias de su edad. Era tan joven... Solía verse con una chica encantadora, o al menos eso me dijeron. Rubia, ojos azules, de buen ver. Estudiosa, amable. En fin, un encanto de chica, ya les digo. Si no recuerdo mal, y mi memoria siempre ha sido una de las pocas cosas de las que me enorgullezco, John tenía una cita con ella la última noche que lo vi. Salió de casa tan guapo... No sé nada de él desde hace meses, por favor, si saben algo...



Él la amaba. La quería con todas sus fuerzas. Aquella noche, ella le había invitado a cenar. John se vistió elegantemente y acudió con una flor de lavanda, la favorita de ella, a la cita. John nunca pensó que aquello cambiaría su vida de esa manera. Él iba dispuesto, simplemente, a pasar una estupenda noche en compañía de la chica de la cual estaba enamorado. Una gran noche. Una noche inolvidable.

No, no, no. No quiero, me niego. -dijo ella- No pienso hacerlo, no me voy a dejar, no voy a aceptar. Por favor, para, me estás poniendo incómoda, no me lo pidas más.
Entonces soltó su mano. Y dejo a John caer por el hueco de las escaleras.

It happened in Wisconsin...

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