domingo, diciembre 24, 2006

"Jamás podría habérmelo imaginado, pero lo hizo." (Johnny C. Nelson)
Tenía un buen sombrero. Un jodido buen sombrero y dos botas con espuelas. Botas con espuelas, patillas largas y, por supuesto, un fiel caballo. Un caballo llamado Chapas. Era tan leal, el viejo Chapas. Fueron compañeros siempre, buenos amigos hasta la hambruna del '85, cuando Johnny C. Nelson no pudo alimentarlo más, de ninguna forma y ambos murieron de hambre (debo decir que Johnny murió antes), pero eso es otra historia. Volvamos a Johnny y al caballo.
Nuestro héroe, ése viejo bandolero, se servía también de dos pistolas falsas, bastante bien logradas, que hacían su función correctamente. Como decía J. C. Nelson:
"El dinero o le pego un tiro -les pedía amablemente, ja, ja- y, como era de esperar, ¡nadie me pedía lo segundo!"
Con un buen saco de dinero, dos pistolas, y ni una jodida bala, Johnny atracaba un banco tras otro, llenando sus bolsillos de billetes y vanidad. Pero, como nada dura eternamente, un día el jodido cabroncete se encontró con un problema. ¿Una tontería? Bah, simplemente Johnny no tenía ni puta idea del índice de suicidas tan enorme que existía entre los diversos empleados del negocio bancario. Y, evidentemente, le pilló de sorpresa cuando el tipo eligió el disparo.
"¿Cómo coño iba yo a saber que el tipo era un suicida en potencia? Mierda, me tuvo que tocar a mí. Menos mal que además de dos putas pistolas falsas, tenía dos putas piernas. Y me sirvieron, ya lo creo que me sirvieron. Lo peor de todo es que tuve que aguantar al hijoputa del cajero corriendo detrás rogándome y suplicándome que le pegara un tiro. Santo cielo, si llego a saberlo..."
"Sí, hay que estar gilipollas. Pero bueno, es normal, según cuentan. Ha habido tantos atracos y sigue habiéndolos, en los cuales muere más de uno que... en fin, es normal, es normal. Es lógico que la comunidad suicida internacional quiera pillar cacho."
"Ah, no, no. Qué va, a mí no me vuelve a pasar, yo ya estoy sindicado. Pero... ¡ay! del que le pille. Y los novatos... bueno, yo era un novato, así que ya sabéis: sindicaros."
"¿Que qué les diría a los que son jóvenes y están empezando? Pues nada, que quieran mucho a sus amigos, que hagan mucho el amor con quien amen, y... que se sindiquen, claro, que se sindiquen. Hoy en día eres atracador, y bueno... si no estás sindicado, ¿cómo vas a velar por tus derechos? ¡Es de locos!"

Dicen de Adonis que era to bello,
Dicen de Adonis,
Dicen.