jueves, enero 04, 2007

Me presento como Míster Alopecia. Aquí está la señora Suelo Arrugado.

-Buenos días, señora Suelo Arrugado. Usted es mi paciente más antigua, a la que mejor conozco, y con la que mejor me llevo. Hace tiempo sobrepasamos de alguna manera la frontera profesional para..., y en fin, pasemos a un test que usted a accedido a realizar libre y voluntariamente. Solamente para que conste en acta, usted tiene 3 años (más o menos), el cabello color verde zanahoria, los ojos color manteca de champiñón, y "mucha mala leche", textualmente añadido por usted. La entrevista consta de unas cuantas preguntas sencillas que usted ha de contestar con una respuesta clara y concisa. Adelante.

Alopecia: ¿Quiere ser millonario?
Suelo: Y tirarle los platos a la cabeza.

A: ¿Crees que el día no tiene suficientes horas para todas las cosas que quieres o debes hacer?
S: Sí, pero en cambio, le sobran horas.

A: ¿Siempre te mueves, caminas o comes con demasiada rapidez o ansiedad?
S: No. Como mientras me lavo la cabeza.

A: ¿Te sientes impaciente o ansioso por el ritmo al que se desarrollan los acontecimientos?
S: Siempre me siento ansiosa por acostarme con usted, Mister Alopecia.

A: ¿Acostumbras [la señora Suelo Arrugado dice: Ajá] a decir 'Ah, ajá' o [la señora Suelo Arrugado dice: Sí, sí, sí] 'Sí, sí, sí', 'bien, bien', [la señora Suelo Arrugado dice: Bien, bien] cuando te habla una persona apremiándola inconscientemente a que acabe de decir [la señora Suelo Arrugado dice, a modo de gemido: Siiiiiiiiiííí] lo que tiene que decir?
S: No se me ocurre interrumpir de un modo tan maleducado.

A: ¿Tienes tendencia a interrumpir las frases de otras personas o a impacientarte cuando...
S: ...otra persona...
A: ...otra persona no termina una frase?
A: ¿Qué?
S: No, soy una persona muy paciente. Aunque reconozco que en muy contadas y extrañas ocasiones llego a ponerme un pelín nerviosa, joder.

A: ¿Te sientes exageradamente molesto e incluso irritado cuando el vehículo que está delante tuyo en una carretera avanza a una velocidad que tu consideras demasiado lenta?
S: No, pero a veces me gusta tomar arroz con leche.¿Usted prefiere las pasas? Me encanta el teléfono.

A: ¿Consideras angustiante o irritoso tener que hacer cola o esperar turno para monseguir una cesa en un restaurante?
S: Claro que sí, pero luego me como al camarero con patatas. ¿A usted no le gustan las patatas?

A: ¿Te es intolerable observar como otras personas realizan tareas que tú sabes que puedes hacer más rápidamente?
S: No. Excepto cuando sí. Quiero decir: métame mano.
A: Lo tomaré como un no.

A: ¿Te impacientas contigo mismo si te ves obligado a realizar tareas repetitivas (firmar talones, lavar platos, etc.) que son necesarias pero te impiden hacer las cosas que te parecen interesantes?
S: Me encanta fregar los platos mientras firmo talones y me dedico a la jardinería, que es mi hobby. Por supuesto no me impaciento pero me impacientaría si estuviera usted cerca.
A: Entonces, ¿sí o no?
S: No, obviamente.

A: ¿Eres de esas personas que leen a toda prisa o intentan siempre conseguir condensaciones o resúmenes de obras literarias realmente interesantes y valiosas?
S: Odio la lectura. Y odio a las personas que leen. Les mataría. ¿Me deja un cuchillo?
A: Pero entonces, ¿sí o no?
S: No.

A: ¿Te esfuerzas por pensar o hacer dos o más cosas simultáneamente? Por ejemplo, a la vez que intentas escuchar la charla de una persona, sigues dando vueltas a otro tema sin ninguna relación con lo que se escucha?
S: ¿Qué decía usted? Estaba pensando en la boda de mi prima Pepi. Como verá no intento atender dos cosas a la vez. Atiendo sólo una.

A: Mientras disfrutas de un descanso, ¿continúas pensando en tus problemas de trabajo, domésticos o profesionales?
S: No tengo descansos. Por lo que, siempre pienso en problemas de trabajo. Pero también amo fumar en pipa.
A: ¿Podría usted darme detalles acerca de esos problemas?
S: Una vez se me cayó el gato en la tostadora y luego me lo comí sin darme cuenta. Eso si que es un problema de trabajo.
A: Pero... ¿dónde coño trabaja usted?
S: En MakRoñald's.
A: Entiendo. Entonces... ¿sí o no?
S: No.

A: ¿Tienes el hábito de acentuar excesivamente varias palabras que consideras clave en una conversación ordinaria o la tendencia a articular las últimas palabras de las frases más rápidamente que las palabras iniciales?
S: N o , p o r s u p u e s t o q ueno.
A: Entien d o.

A: ¿Encuentras difícil abstenerse de llevar cualquier conversación hacia los temas que te interesan especialmente, y cuando no lo consigue, pretendes escuchar pero en realidad sigues ocupado en tus propios pensamientos?

S: Eh... , esto... ¿qué decía? Verá. Es que mi madre tiene un problema muy serio con los laxantes. ¡Y la valeriana! Pero, oiga... No, no, no. Digo... sí.
A: Parece usted insegura. La respuesta es...
S: Sí.


A: ¿Te sientes vagamente culpable, cuando descansas y no haces nada durante varias horas y varios días?
S: Especialmente cuando no paro.
A: Interesante.

A: ¿Intentas siempre programar más y más cosas, en menos tiempo y al hacerlo así dejas cada vez menos margen para los imprevistos?
S: Eh, no sé, verá, yo es que dentro de dos minutos tengo una cita con el ginecólogo... No, no, no era mi ginecólogo. Perdón, es que mi agenda es muy apretada. Había quedado con Lechuga.

A: Al conversar, ¿das con frecuencia puñetazos o palmadas en la mesa, o golpeas con un puño la palma de la otra mano para dar más énfasis a un punto particular de la discusión?
S: [Puñtazo en la mesa] No.

A: ¿Te sometes a ciertos plazos en tu trabajo que con frecuencia son difíciles de cumplir?
S: Nunca a la vez que me sorbo los mocos [sorbiéndose la nariz de manera ostentosa].

A: ¿Aprietas con frecuencia las mandíbulas, hasta el punto que te rechinan los dientes?
S: Perdone, no se meta con mi dentadura postiza.

A: ¿Llevas con frecuencia material relacionado con tu trabajo o tus estudios a tu casa por la noche?
S: Eso está prohibido en mi casa. No me dejan. Mi perro se los come. Eva María se fue...
A: ¿Está segura de que quiere continuar con la entrevista? ¿Se encuentra capaz?
S: Sí, claro. Por siempre y no.

A: ¿Acostumbras a evaluar en términos numéricos no sólo tu propio desempeño, sino también el desempeño de los demás?
S: Los números sólo sirven para hacer puzzles. Y para taparse en invierno.
A: ...¿perdone?
S: [Guarda silencio, con la mirada distraída]

A: ¿Te sientes insatisfecho con tu actual trabajo?
S: Verá, lo mío es una relación de amor/odio [chasquea la lengua]. Depende del día.
A: Y por ejemplo hoy, ¿qué tal?
S: Hoy, hoy... hoy lo odio tanto, que le metería un pañuelo por el oído y se lo sacaría por el otro.

Muy bien. Acaba usted de realizar el test. Ahora, en breves instantes, le comentaré los resultados.

El tiempo pasa en la consulta del Doctor Mr. Alopecia. La señorita Suelo Arrugado se encuentra nerviosa y cada vez más impaciente.

S: Perdone, ¿puede terminar ya? Tengo unas ganas locas de quitarme las pelotillas de los pies.
A: Queda poco, acomódese y mantenga silencio, por favor.

A: Bueno, pues aquí tiene los resultados, la máquina tragaperras acaba de escupírmelos. Aparte la bilis y los mocos y podrá leerlo cómodamente.

El Doctor Mr. Alopecia le entrega los resultados del test a la Señorita Suelo Arrugado, la cual los lame con pasión, y luego procede a leerlos.

Dichos resultados rezan:

Tipo B: Es bastante menos vulnerable a sufrir ansiedad que otras personas, no se muestra ambicioso ni dominante, deja que las cosas sigan su cauce sin preocuparse en exceso. No quiere decir que nunca se muestre nervioso o angustiado si la situación le desborda, pero en general tiene un temperamento templado. Las personas de Tipo B son informales, seguros de sí mismos, relajados y agradables. Son tan motivados como las personas Tipo A. Son pacientes y realizan sus tareas en una forma eficiente y tranquila. Saben escuchar, transmiten menos señales de ansiedad y les afecta menos el estrés ya que no son competitivos ni tienen la urgencia inflexible del tiempo.

- Le encanta dormir hasta tarde.
- Come pausadamente.
- Se toma su tiempo, no se afana, no se preocupa.
- Tiene una actividad muy regular y tranquila.
- No le interesa mucho competir.
- Tiene una existencia apacible.
- Habla pausadamente.
- Conduce despacio. Lee o escucha música en el trayecto.
- Se acuesta tarde, disfruta de la noche.
- Espera; no se impacta demasiado por lo que ocurre a su alrededor.

S: Mmmmmm, les haría el amor [voz seductora]. ¿Y usted, bribón?
A: Nos veremos el próximo año, querida Arrugado. Hasta pronto.
S: [La paciente le saca la lengua al Doctor, y se marcha recogiendo sus cosas apresuradamente].

Tras lo cual, el doctor se la casca en silencio en su despacho corriéndose sobre el retrato de Freud que utiliza frecuentemente para este menester, el cual ya casi está totalmente recubierto de esperma seco. Al terminar, el doctor esconde en una caja fuerte que guarda dentro del armario, dicho retrato, ya que el olor que despide hace imposible colocarlo en un lugar cercano. Dos pacientes hembra joden en la habitación de al lado.

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